Viernes 21 -19.30 Horas.REAL CASINO SANTA BRIGIDA
EXPOSICION HOMENAJE A LA ALFARERA:
Maria Guerra Alonso
Rafael Franquelo, escritor y pintor , Ines Jimenez Martin , Consejera de Industria Comercio y Artesania del Cabildo de Gran Canaria,Nicolas Benitez Montesdeoca,Concejal de cultura y festejos del ayuntamiento de Santa Brigida seran las personas que participaran el viernes en el Homenaje a Maria Guerra.
Recuerdos de una actividad en el olvido:
Las Talayeras de La Atalaya.
Charla de: Maria del Pino Rodríguez Socorro
“En el pago de la Atalaya de Santa Brígida se producía y aún hoy se continua haciendo, loza mediante la utilización de la técnica conocida como urdido, sin el empleo del torno.Desde principios del Siglo XIX el habitad troglodita y las técnicas alfareras rudimentarias atrajeron la curiosidad de los primeros viajeros que recalaban en la isla y pronto se convirtió en un lugar de visita obligado y fue conocido en toda Europa a través de descripciones, guías turísticas, grabados y fotos, convirtiéndose en el icono turístico de Gran Canaria hasta los años sesenta…”
La paulatina desaparición de las alfareras del Pago de La Atalaya, mujeres que dieron vida a una cerámica con señas de identidad propia en un hábitat, constituido por casas cuevas, supone la pérdida de los últimos componentes personales de un patrimonio cultural diferenciado, de gran valor cultural, en la isla. La “talayera” se convirtió no sólo en la artífice de la preservación del oficio del barro, sino de la creación de una sociedad peculiar que tanto interés suscitó a partir de principios del siglo XIX, convirtiéndole a lo largo del mismo siglo en uno de los lugares de visita obligada para los viajeros y exploradores que llegaban a la isla de Gran CanariaMaria del Pino Socorro. En “Hecho con barro”, revista nº 26 del Pajar de la asociación Cultural Pinorele.
La paulatina desaparición de las alfareras del Pago de La Atalaya, mujeres que dieron vida a una cerámica con señas de identidad propia en un hábitat, constituido por casas cuevas, supone la pérdida de los últimos componentes personales de un patrimonio cultural diferenciado, de gran valor cultural, en la isla. La “talayera” se convirtió no sólo en la artífice de la preservación del oficio del barro, sino de la creación de una sociedad peculiar que tanto interés suscitó a partir de principios del siglo XIX, convirtiéndole a lo largo del mismo siglo en uno de los lugares de visita obligada para los viajeros y exploradores que llegaban a la isla de Gran CanariaMaria del Pino Socorro. En “Hecho con barro”, revista nº 26 del Pajar de la asociación Cultural Pinorele.
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