HOMENAJE DE FELIX MARTIN A LAS ESCRITORAS CANARIAS.
DESDE EL BALCÓN DE NUESTRA PALMERA
REIVINDICANDO A NUESTRAS MUJERES POETAS
Marzo en nuestra isla ha continuado apegado a este largo invierno que continúa pintando nuestros campos de abundantes verdes y toda la gama del arco iris. Bencomo Marrero está pensando en los problemas que ha tenido la mujer canaria para dar a conocer su producción literaria. Nuestra literatura ha sido esencialmente oral, de ahí que con seguridad mucha se haya quedado traspapelada en los pliegues del tiempo. Por tanto, la que ha encontrado alojo en la versión escrita, ha resultado ser muy reducida. A esta dificultad habría que añadir la marginación cultural a que se han visto sometidas nuestras mujeres en una sociedad machista. Además nos revela Eugenio Padorno en su pequeña antología “Coro femenino de la Poesía Canaria”, que gran parte de la poesía femenina recopilada no ha estado impresa en libros sino que se ha encontrado dispersa en la prensa diaria, revistas literarias y otros medios.
Bencomo piensa que habría que seguir recopilando y publicando la obra literaria de nuestras mujeres que ha quedado olvidada. Como homenaje a la poesía femenina canaria, cree el viejo profesor que podríamos darnos un paseo por los campos líricos de nuestro Archipiélago. Así tendríamos a María Viera y Clavijo (1736-1819): “Un jardín aromático imitaba / el sepulcro feliz que los cubría / fragancias celestiales exhalaba…”. Podríamos seguir avanzando con la nube errática de Fernanda Siliuto Briganty (1834-1859): “¡Nube errante, nube errante / que al cruzar en raudo vuelo / tiendes tu velo flotante / sobre el claro azul del cielo!”. Ir detrás de los sones de la lira de Cristina Pestana Fierro (1834-1860): “De tu lira esplendente la armonía, / ¡oh! mi sueño arrulló con tal amor…”. Volar con las imágenes soñadas de Victorina Bridoux (1835-1862): “Vivir con el pensamiento / entre imágenes soñadas…”.
Sigue el viejo profesor su vuelo sobre los campos poéticos de nuestras poetisas. Ahora planea sobre la ilusión de Bohemia Pulido Salazar (1897-[¿?]: Blanca, tenue, vaporosa, / ligera, fugaz, / mi ilusión hecha jirones…”. Navega sobre la cárcel de la isla de nuestra Chona Madera (1894-1980): ¿Tú hasta cuándo isla mía? / ¿Hasta cuándo tu mar, tus arrecifes, / cárcel en que me muevo?”. O se posa en la pluma mordaz de Agustina González Romero, apodada “La Perejila”: “Bajo esta losa fría / reposa el célebre vate / que dejó en fiero combate / a sus hermanas y su tía…”. O sobre la poetisa del amor perenne, Pino Ojeda (1916-2002): “Mi corazón está lleno de ti / pero mi corazón te desea tanto / que parece estar vacío de ti...”. Quizás sobre las “Playas vacías” de la siempre recordada Pino Betancor, compañera de nuestro pintor colorista de las más bellas imágenes poéticas José María Millares Sall: “Suavemente la tarde se adormece en la playa. / Una mujer se extiende como un alga sombría / sobre la húmeda caricia de la arena.” Ya la primavera metida en su noria de vértigo nos brinda un cielo poblado de negruras.
domingo, 8 de marzo de 2009
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