Varias
asociaciones de Santa Brígida proponen A LA LOCERA MARÍA GUERRA
ALONSO HIJA PREDILECTA DE SANTA BRÍGIDA a titulo póstumo.
La
Asociación Sociocultural LA LISADERA AMIGOS DE LA CERAMICA CANARIA;
la Asociación Cultural y Deportiva Estrella Roja;
la Federación de Asociaciones Tasaute Santa Brígida;
la PEÑA DEL BARRO, la Asociación de Vecinos CATAYFA; la Asociación
Cultural, Deportiva y de Recreo LOS ALFARES DE LA ATALAYA y la
Asociación Sociocultural y Deportiva ARAN CANARIAS, han presentado
en el Ayuntamiento, este lunes 1 de febrero, escrito solicitando que:
El Pleno del Ayuntamiento de la Villa de Santa Brígida acuerda
iniciar expediente para el nombramiento a titulo póstumo de HIJA
PREDILECTA DE SANTA BRÍGIDA A LA LOCERA MARÍA GUERRA ALONSO
El
viernes 23 de Enero de 2015, fallecía una de las más grandes
alfareras que ha dado el barrio troglodita de la Atalaya (Santa
Brígida): María Guerra Alonso. Desde niña trabajó el barro
siguiendo una tradición familiar que se remonta siglos atrás.
La
pérdida de la más antigua alfarera que existía en Gran Canaria
cierra casi un periodo de nuestra cultura popular de carácter
multisecular.
La
paulatina desaparición de las alfareras del Pago de la Atalaya,
mujeres que dieron vida a una cerámica con señas de identidad
propia en un habitat, constituido por casas cuevas, supone la
pérdida de los últimos componentes personales de un patrimonio
cultural diferenciado, de gran valor cultural, en la isla.
Mujeres
Alfareras como La Bartola (la
madre de Panchito), Mariquita Alonso (la abuela de Antonia Alonso),
Luisita Vega, Antonia (la madre de Antoñita la
Rubia),
Juana Alonso, Juana Narcisa (que era considerada la mejor), Lola la
Priola(la
madre de Antoñito el Perra
chica),
Cho Pinito Valido, Ana (la abuela de María y Felipe Guerra),
Antoñita Perera, Cho Rosario la Grilla, Cho Dolores Benítez.
Mariquita Perera, Antoñita la Rubia, María Guerra La Quema, “han
sido las verdaderas artífices de la preservación del oficio del
barro”.
María,
hasta los últimos años de su vida, estuvo modelando el barro y
trabajando en su cueva taller, donde mostraba cada día su arte y su
trabajo en vivo, rodeada de una gran colección de piezas talayeras.
La creación de la cueva taller que lleva su nombre ha permitido la
visita de escolares de diferentes municipios, profesores y alumnos de
la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, así como jóvenes que
han aprendido con María el oficio de alfarero. Un espacio visitado
por turistas y lugar de encuentro para investigadores que han
recogido los testimonios de una tradición artesanal y la historia
que conforma la identidad del poblado alfarero de la Atalaya recogida
en numerosas publicaciones realizadas en los últimos años. En los
últimos tiempos María fue una interlocutora valiosísima para el
estudio de la cerámica popular canaria; un ejemplo vivo del rescate
del olvido y puesta en valor del oficio.
Los
firmantes de la iniciativa opinan que: ” La Alfarera María Guerra
Alonso es digna candidata a HIJA PREDILECTA DE SANTA BRÏGIDA porque
en ella, reconocemos a toda una estirpe de mujeres, cientos de ellas
que, generación tras generación, hicieron del barro un modo de vida
humilde
y fueron las artífices de una sociedad peculiar que tanto interés
suscitó a partir de principios del siglo XIX, convirtiéndole a lo
largo del mismo siglo en uno de los lugares de visita obligada para
los viajeros y exploradores que llegában a la isla de Gran Canaria”.
Santa
Brígida 1 de Febrero 2016