sábado, 8 de septiembre de 2012

Santa Brígida: Diez años sin Pedro Lezcano


 El lunes 10 de Septiembre se cumplen diez años del fallecimiento del polifacetico escritor Pedro Lezcano  Montalvo (2002- 2012). El V MEMORIAL PEDRO LEZCANO:Pedro Lezcano>< Pedro García Cabrera: Dos poetas.Un Compromiso que se inicio en el mes de Marzo y que ha recorrido  diversos municipios de Gran Canaria a lo largo de estos meses,se centra este mes de septiembre en la figura y obra de Pedro Lezcano con diversos actos que tendrán lugar este mes de septiembre en Santa Brígida ( 10 y 14) y en la Casa Museo de Colón en  Las Palmas el lunes 17.




 

  PEDRO LEZCANO, POETA DEL PENSAMIENTO Y EL SENTIMIENTO
                                                                                          Por    Felipe García Landín




Pedro Lezcano Montalvo nació en Madrid en 1920. A los nueve años llegó a Gran Canaria y definitivamente se hizo isleño. A partir de entonces estableció un compromiso con la cultura, las gentes y la geografía de las siete islas. Hasta su muerte, el 10 de septiembre del 2002, su voz se dejó oír en los centros escolares, en los medios de comunicación, en las Universidades, en los barrios de las ciudades, en las plazas de los pueblos defendiendo siempre los valores de la solidaridad, la paz y la libertad como elementos definidores de las personas.
Como intelectual comprometido, su defensa de la democracia le llevó a ser diputado del Parlamento de Canarias y presidente del Cabildo de Gran Canaria. Como ciudadano del mundo, estuvo al lado del pueblo Saharaui y siempre levantó la bandera de la Paz con mayúsculas, lo que le llevó a un Consejo de Guerra en 1965. Y tuvo tiempo para ser Maestro de ajedrez y escribir su Cartilla de Ajedrez, un libro que es cabecera de todos los ajedrecistas. Amante del mar, llegó a batir algún récord en pesca submarina. Su pasión por la naturaleza le permitió practicar la micología, materia sobre la que escribió algunos artículos especializados. Pedro Lezcano, que había realizado los estudios de Filosofía y Letras, fue impresor, dibujante, actor y director de teatro, conversador infatigable portador de un buen humor y socarronería que traslada a algunas páginas de sus libros, aficionado a la ciencia, fotógrafo, inventor de objetos cotidianos y sobre todas las cosas una persona honesta y solidaria.
Como escritor manejó con maestría varios géneros. Son de especial altura sus magníficos Cuentos sin geografía, así como sus relatos Diario de una mosca y La rebelión de los vegetales. En teatro es obligado mencionar el drama Desconfianza que obtuvo en 1945 el Premio Nacional de Teatro, o su obra en verso La ruleta del sur.  Sin embargo, en la memoria de todos está el Pedro Lezcano poeta. Ciertamente, su obra poética es la más conocida, pues sus versos se han vestido con la música y las voces de Pedro Guerra, Mestisay, Olga Manzano y Manuel Picón, y sobre todo porque supo llegar con ellos al corazón de las personas. Desde que en 1.944 apareciera Cinco Poemas, su poesía no ha dejado de recibir elogios de los críticos y estudiosos de la literatura en consonancia con los lectores que nunca han abandonado la lectura de sus versos. Participó en 1947 en Antología Cercada (1947) un poemario en el que sus versos, junto a los de Agustín Millares, Ventura Doreste, José María Millares y Ángel Johan hicieron historia en el renacer de la poesía solidaria española posterior a la guerra civil. Su obra poética se desgrana en libros como Poesía (1945), Romancero canario (1946), Muriendo dos a dos(1947),Consejo de Paz (1965), Romances(1972), Biografía poética(1986). Y en todos ellos aparece su confianza en el hombre, en la verdad y en la belleza.
 

  Lezcano concebía la poesía entre dos coordenadas yuxtapuestas: la poesía como sondeo en la esencia de las cosas, como método de conocimiento de estas esencias, y en segundo lugar, la poesía como vehículo de comunicación con el prójimo, con el próximo. Lo expresaría con estas palabras: El poeta se define, por su deber de pronunciar los nombres verdaderos, como  un hombre de la resistencia, en medio de esta dominación demoníaca. Esta es toda mi adhesión a la poesía solidaria, frívolamente llamada social. Escribir es ya un comportamiento. El aquí y ahora es todo nuestro mundo, aunque el presagio y la memoria nos deparen la ilusión de la fuga. Pero no se vive aquí y ahora, no se es contemporáneo por mera coincidencia vegetativa: ser contemporáneo es una cuestión de conciencia, de compromiso, añadimos nosotros.
Como escritor fue distinguido con el Premio Canarias, elegido miembro de la  Academia Canaria de la Lengua, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria e Hijo Adoptivo de Gran Canaria, de Santa Brígida y de Las Palmas de Gran Canaria. El reconocimiento Popular le dio nombre a una calle y a un centro escolar y su popular monólogo Poema de la maleta nombra calles en este Archipiélago. Su poesía ha merecido la atención de, entre otros,  Ventura Doreste, Mª Rosa Alonso, Max Aub, Vicente Aleixandre o Gerardo Diego quien afirmaba que Pedro Lezcano es de los raros poetas en los que, como quería Unamuno, siente el pensamiento y piensa el sentimiento.





Efectivamente, nuestro poeta lleva de manera racional su percepción de la realidad, así como el sentido del obrar humano,  a toda su producción literaria que se ve contagiada de filosofía en la definición que da el DRAE, esto es: su obra nos transmite fortaleza y serenidad de ánimo para soportar las vicisitudes de la vida. También a él la escritura le permitirá superar los obstáculos de la vida, desde su nacimiento marcado por la ausencia de la madre - esta falleció al nacer él- hasta los últimos años de su vida, marcados por una larga enfermedad y por la muerte que se llevará antes a su hija. Lezcano es un filósofo y nos lo reitera en su último poema escrito en 1998, cuatro años antes de su fallecimiento a modo de testamento poético que recoge las claves de gran parte de su obra, CRONICA DE MI MUERTE, en el que reflexiona sobre la vida y la muerte, que es al fin y al cabo lo mismo. Verso a verso, Lezcano va construyendo una pequeña lección de filosofía, hablando de un tema que suele ser tabú. La visión es tranquila, sin lamentos, sin desesperación. La visión de la muerte formando un todo con la vida es una constante en su poesía, aún en sus años más jóvenes y vitales: «Yo fui silencio y volveré al silencio» o «Yo declaro mi amor a lo que muere./ Siendo fugaz, no puedo amar lo eterno./ Amar lo eterno sólo es despedirse,/ desesperadamente pasajero» (Conformidad); En Romance del tiempo leemos «Merced al tiempo vivimos,! como por él moriremos./ Vivimos porque morimos/... Vivir es nacer muriendo». La asociación vida-muerte-vida, las dos caras de la moneda, aparece en toda su obra: «Y el pequeño lugar que yo ocupaba/ sobre la tierra volverá a estar lleno»... «El polvo es tierra muerta,/ alma de tierra ingrávida y alígera;/ pero en polvo mortal basta una lágrima/ para que surja el barro de la vida»... En Retorno, sueña con un pino, «un arrogante pino» que pueda legarle la sombra, el cayado, la mesa y el ataúd.



Parece pues evidente que nuestro autor parte de la idea de que la vida y la muerte es un Todo formado por los elementos de la naturaleza: Aire, fuego, tierra y agua que son  «Los principios del vivir Pues  La vida es volar, arder, / soñar, cantar y morir». Así, al igual que el poeta y filósofo Empédocles, piensa el poeta que lo que llamamos vida es sencillamente la capacidad que los elementos tienen de asociarse y disociarse puesto que nada nace ni muere, nada se crea ni se pierde, nada se modifica, porque la naturaleza es una mezcla, un todo perfectamente armónico. 


Crónica de mi muerte, como la mayor parte de su obra, es una visión estoica de la vida y de los seres humanos, cualquiera que sea su condición. El poeta busca a lo largo de su vida «regresar a casa», porque la vida es algo cíclico y la muerte es la vuelta a los orígenes. No hay tragedia en ello. «El hombre es un ser para la muerte», afirmaba Heidegger; las personas y los actos que realizan se convierten en auténticos cuando se reconoce y asume la presencia de la muerte. La existencia se dignifica cuando se es capaz de convivir con la posibilidad de la muerte. Pensamiento y sentimiento es la poesía de Pedro Lezcano que hace verdad la sentencia de aquella otra voz universal, la del payador argentino Atahualpa Yupanqui: Lo primero es ser hombre/ lo segundo, poeta. José Saramago lo expresaba así refiriéndose a nuestro autor: fue ejemplo de una voluntad arraigada en la identidad cultural canaria que, a pesar de todo, sigue palpitante en la conciencia colectiva. Poeta mayor, Pedro Lezcano hizo por merecer un lugar no sólo en la memoria literaria de la lengua castellana, sino también en esa otra, mucho menos poblada, de las grandes figuras humanas.
                                                                                                         Felipe García Landín
IMAGENES ACTOS V MEMORIAL PEDRO LEZCANO








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