martes, 12 de agosto de 2008

La Noticia

POLEMICA EN SANTA BRIGIDA A COSTA DEL PERMISO PARA CHIRINGUITO AL CCN EN LAS FIESTAS.
La polemica desatada en Santa Brigida por el permiso concedido por el alcalde al CCN para vender cervezas y bocadillos en su local de la C/ Tenderete, nos parece fuera de sitio y efectivamente no se trata de bocadillos , ni del hiperlegalismo que parece les ha entrado a alguna concejala de la oposición y a un grupo de comerciantes , la mayoria ni siquiera del ramo de la hosteleria.El articulo de Francisco Pomares de la provincia del Sabado 9, ofrece una visión que suscribimos totalmente
LOS BOCATAS DE NACHO
.FRANCISCO POMARES.LA PROVINCIA
Buena se ha liado en Santa Brígida a cuenta del chiringuito montado por el Centro Canario durante la romería. Parece que los empresarios locales se enfadaron porque en el kiosco de Nacho se vendían bocadillos, cervezas y refrescos, y eso les ocasionó perjuicios y pérdidas. Los empresarios han protestado y Coalición ha decidido iniciar una investigación, porque a lo peor resulta que la concesión de la licencia al partido de Nacho para instalar su chiringuito y vender bocatas fue irregular.

Qué cosa más pedestre: hay que ver lo bajo que están cayendo los partidos políticos isleños? antes, cuando se cometían irregularidades era para meterse unos cuantos millones (de los de antes) en el saco. Ahora trafican influencias por calderilla. Para que luego digan que el partido de Nacho se lo montó su padre, que el hombre hasta tiene que corromper a los munícipes de Santa Brígida para cobrarles unas cuantas cervezas a los afiliados y hacer algo de caja

Canarias se está convirtiendo en una tierra bastante asirocada, capaz de montar carajeras a cuenta de asuntos tan absurdos como éste de la licencia irregular: desde un punto de vista formal un partido político es -ejem, ejem- una organización sin ánimo de lucro, como lo es también una asociación de vecinos, una oenegé, la Asociación para la lucha contra el cáncer o los boy scouts. No sé si la licencia que corresponde a este tipo de organizaciones es distinta a la de las empresas o particulares que persiguen negocio, pero creo que debería serlo.

De hecho, debería apoyarse que los partidos se impliquen en la vida social más allá de la política institucional. Que un partido o un sindicato participen en un acto ciudadano montando un chiringuito quizá nos resulte raro -por inusual hoy en esta tierra-, pero no debe ser criticado. Es lo que hacen partidos y organizaciones sociales en todo el mundo democrático, especialmente en los países donde hay mayor vertebración social y respeto a la democracia participativa. Y es lo que hacían las organizaciones políticas en los primeros años de democracia, cuando la política no era interpretada por la mayoría como oficio propio de sinvergüenzas y aprovechados.

No sé en qué acabará la ridícula investigación exigida por los nacionalistas de Coalición, pero he de decir que prefiero que los partidos vendan bocadillos en las fiestas a que los regalen en los mítines. Y eso último, un comportamiento de rancia tradición caciquil, aquí no extraña a nadie. Y menos que a nadie a Coalición, que practica asiduamente el reparto de bocata de mortadela con botellín.

Sé que hoy tocaba hablar de los Juegos Olímpicos y de Pekín, pero el Comité Olímpico me ha mandado una carta diciendo que si hablo en público de la situación en China o en Tíbet, ya no podré jugar más al fútbol con mi hijo. Pues eso, que no digo ni pío.