viernes, 2 de octubre de 2020

Reconocimientos a Pedro Lezcano en el Cabildo de Gran Canaria, Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y Ayuntamiento de la Villa de Santa Brígida

 

En el Salón de Pleno del Ayuntamiento de Santa Brígida el día del reconocimiento como Hijo Adoptivo de Sataute

Los Plenos del Cabildo de Gran Canaria, Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y de la Villa de Santa Brígida han aprobado por unanimidad sendas Declaraciones de reconocimiento de la figura del escritor Pedro Lezcano Montalvo en su centenario.

El Cabildo de Gran Canaria rinde homenaje hoy (viernes 2) a Pedro Lezcano Montalvo quien, en palabras de Juan Cruz Ruíz, es un referente civil imprescindible para Canarias y para la cultura democrática; su presencia en las islas fue una ventolera saludable para la construcción de una conciencia civil de un país luchador y finalmente libre; su entrega a la actividad política fue un gesto de generosidad que no interrumpió su mirada poética, sino que la prolongó. Su honestidad como servidor público fue también la continuación de su ejemplar honradez como persona, y como escritor. Rendirle homenaje es no dejar que se pierda su legado abierto y luminoso, que va mucho más allá de la consideración poética para convertirse en un manifiesto intelectual, político, a favor de una sociedad más preocupada por lo hondo que por el vacío que ahora alienta como si nos faltara el aire”.

Para el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaría Pedro Lezcano es  Hijo adoptivo de esta ciudad en la que conoció el mar, formó familia y durante muchos años vivió en la calle Tomas Miller 75- 3º.  En la calle de Malteses mantuvo su imprenta, convertida en lugar de tertulia por la que  pasarían los poetas Agustín y José María Millares, los pintores Antonio Padrón, Miró Mainou, Felo Monzón, su  íntimo amigo Ventura Doreste,  el escultor Santiago Santana… Allí se imprimieron octavillas de carácter político en los duros años del franquismo y de allí salieron colecciones de poesía, como Antología cercada (1947), que supondría la primera muestra de la poesía social española.La imprenta se traslado a la calle Ángel Guerra y finalmente al barrio de Arenales en la Calle Angel Guimera de esta ciudad.


  El Pleno del Ayuntamiento de la Villa de Santa Brígida reconoció su figura tanto por su obra literaria como por su compromiso político y  social.

 Pedro Lezcano Montalvo  frecuentaba de pequeño  la casa de su abuelo en Tafira, mas tarde vivio en la Zona del Monte  y hasta su muerte en 2002, el y su familia vivían en una casa de la calle Castelar en el Casco Antiguo de  la Villa .Es Hijo Adoptivo por acuerdo del Pleno de este Ayuntamiento en 1999 y ha adoptado los siguientes acuerdos

 1.- Homenajeara al escritor Pedro Lezcano Montalvo en su centenario celebrando diversos actos culturales que recuerden su legado y colaborara con aquellas entidades ciudadanas que lleven adelante iniciativas en este sentido

2.- -  El Ayuntamiento destinara un equipamiento público del municipio lleve el nombre del escritor Pedro Lezcano.

 



Pedro Lezcano, desde muy joven, estableció un compromiso con la cultura, las gentes y la geografía de las siete islas. Hasta su muerte, el 10 de septiembre de 2002, su voz se dejó oír en los centros escolares, en los medios de comunicación, en las universidades, en los barrios de las ciudades y en las plazas de los pueblos defendiendo siempre los valores de la solidaridad, la paz y la libertad como elementos determinantes de las personas. Como intelectual comprometido, su defensa de la democracia le llevó a ser diputado del Parlamento de Canarias y presidente del Cabildo de Gran Canaria. Como ciudadano del mundo, estuvo al lado del pueblo saharaui y siempre levantó la bandera de la paz con mayúsculas, lo que le llevó a un consejo de guerra en 1965. Pedro Lezcano fue impresor, dibujante, actor, director de teatro y conversador infatigable, portador de un buen humor y socarronería que traslada a algunas páginas de sus libros. Pero sobre todas las cosas, fue una persona honesta y solidaria.

Como escritor manejó con maestría varios géneros. Son de especial altura sus magníficos “Cuentos sin geografía”, así como sus relatos “Diario de una mosca” y “La rebelión de los vegetales”. En teatro es obligado mencionar el drama “Desconfianza” que obtuvo en 1945 el premio de teatro del Ateneo de Madrid, o su obra en verso “La ruleta del sur”.  Sin embargo, en la memoria de todos está el poeta, pues sus versos se han vestido con la música y las voces de Pedro Guerra, Mestisay, Olga Manzano y Manuel Picón, y sobre todo porque supo llegar con ellos al corazón de las personas. Desde que en 1.944 apareciera “Cinco Poemas”, su poesía no ha dejado de recibir elogios de los críticos y estudiosos de la literatura en consonancia con los lectores que nunca han abandonado la lectura de sus versos. Participó en 1947 en “Antología Cercada” (1947) un poemario en el que sus versos, junto a los de Agustín Millares, Ventura Doreste, José María Millares y Ángel Johan hicieron historia en el renacer de la poesía solidaria española posterior a la guerra civil. Son significativos sus libros “Poesía” (1945), “Romancero canario” (1946), “Muriendo dos a dos” (1947), “Consejo de Paz” (1965), “Romances” (1972), “Biografía poética” (1986). Y en todos ellos aparece su confianza en el hombre, en la verdad y en la belleza.

Pedro Lezcano fundó junto con su hermano Ricardo y un grupo de amigos en 1956 el Teatro Insular de Cámara. En este proyecto participó activamente como director, actor, escenógrafo y dramaturgo. Para comprender la importancia de esta experiencia que duró doce años hay que escuchar al escritor: “Por los años cincuenta, la orfandad teatral que  nuestra tierra siempre ha padecido, se veía agravada por el doble aislamiento nacional-insular de varias décadas de cuarentena cultural. Junto al trigo argentino, nos llegaban contadas ediciones iberoamericanas que mitigaban nuestra soledad. En tanto,  los teatros  nacionales  actuaban como museos de arte dramático” . Y así “contra la soledad y el hastío, un grupo heterogéneo de aficionados a la escena fue nucleándose en Las Palmas, sin otra pretensión que compensar una carencia.”  Aspiran a desmarcarse del teatro mimado por el Régimen y hacer teatro independiente que “por entonces significaba ya un acto de rebeldía, casi subversivo.”   


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