sábado, 26 de noviembre de 2011

Santa Brígida: HOMENAJE AL POETA ALONSO QUESADA.

El Viernes 2 de Diciembre concluye el IV MEMORIAL PEDRO LEZCANO, con un homenaje al poeta Alonso Quesada.En el acto, que se celebrara a las 20.00 horas en el Centro Cultural de la Villa de Santa Brígida, se proyectara la película "La Umbría" del artista Pepe Dámaso, cedida para esta ocasión por la FILMOTECA CANARIA del Gobierno de Canarias. Los poetas Ana Deníz, Félix Martín, Guadalupe Santana Suárez,Pedro Cállico Sosa, Maria Jesus Lozano Caceres y miembros de la Asociación de Teatro Martes i Jueves, pondrán voz a los poemas del poeta homenajeado. El acto contara además con un recital musical a cargo de la Parranda San Antonio.Club de Mayores de Santa Brígida.


Crónicas de Tasaute:Alonso Quesada y Santa Brígida
Pedro Socorro Santana.Cronista oficial de La Villa.

El Homenaje a Alonso Quesada en Santa Brígida el 2 de Diciembre, dentro de los actos del IV MEMORIAL PEDRO LEZCANO, es una oportunidad para que Santa Brígida recuerde la figura y la obra del poeta grancanario, aqueljovencito endeble y muy movedizo”,como recuerda Unamuno, que aleteaba las manos al recitar su poema, en los juegos Florales de Las Palmas de 1910.
Para entonces no solo no había suscitado la atención del que entonces era tenido como el escritor más importante e influyente ,sino que ya había conquistado una merecida popularidad como cronista de la ciudad, pero seguía necesitando un oficio secundario para comer y otras colaboraciones en la prensa, en cuyas paginas solía hacer revelaciones muy interesantes e ingeniosas de la vida de la ciudad y de su gente, fruto de cuyas colaboraciones fue el libro Crónicas de la ciudad y de la noche publicado en 1919.
Alonso Quesada tiene una placa en Santa Brígida junto a la casa que acog su último suspiro.

En el verano de 1925, alonso Quesada se refugió con su familia en una casa de la Plaza Doña Luisa,en Santa Brígida, por debajo de la Vieja carretera del centro, aquejado de una dolencia que le minaba su existencia : la tuberculosis. Aquí llevaría una vida sedentaria, contemplativa, con cortos paseos por la carretera o tomando fotografías de su pequeña hija Amalia de apenas dos años, antes que la muerte le envolviera aquel cuatro de Noviembre.

La Umbría: Alonso Quesada Y Pepe Damáso.

Alonso Quesada es un escritor (poeta, novelista, autor teatral, periodista) nacido en Las Palmas en 1885 y muerto en Santa Brígida, en 1925. Pepe Dámaso es un pintor, nacido en Agaete, en 1931, que ha expuesto su obra en múltiples ocasiones, aquí y allí en Canarias, en España, en Europa, en Africa.
El primero escribió unas memorables páginas donde la soledad, la muerte y la ironía conforman un tríptico dramático y alucinante; el segund
o ha pintado unos cuadros cuya superficie cita a la marginación, el sexo y la muerte, otra trilogía dramática y alucinante.de estos tres pares, la muerte parece ser el único punto coincidente. Sin embargo, entre poeta y pintor hay otro lugar común, punto de arranque de más difusas afinidades: agaete, ese pueblecito de mar y montaña, blanco entre el verdor de un valle y la negrura de la playa, agazapado desde los pies del acantilado de tirma hasta la mano mutilada del Dedo de Dios.
Tomás Morales y Alonso Quesada en el puerto de Las Nieves( Agaete).

En Agaete pasó Alonso Quesada largas temporadas tratando de recuperar la salud al soco de las aguas ferruginosas de Los Berrazales, restaurando las cavernas de sus pulmones con el reconstituyente natural que es el aire del Valle, entre el descanso y la charla amigable con Tomás Morales, médico y poeta ( más esto que aquello) del pueblo. Dámaso también paso en Agaete largos años de su vida, acosado por la intransigencia y la falsa moralidad; pintando al principio bucólicos paisajes del valle, liberando después ciertos demonios interiores a través de Juanita( la bruja que convertía las mariposas en flores o viceversa, tanto da).
El poeta convaleciente y paseante no se limito sólo a eso: observo a la gente, al paisaje de Agaete y escribió sobre ellos “La Umbría”, una tragedia funeral como un réquiem, donde una sociedad agobiada por el peso de su decadencia, el peso infinito de esas viejas cortinas de terciopelo raídas, agoniza lentamente entre vómitos de sangre y vómitos de espíritu. Muchos años después, cuando Dámaso tomó conciencia de la propia tiranía de su vida con respecto a la exigencia moral de su pueblo, esta tragedia le daría pauta para catalizar buena parte de su drama personal, y convertirlo en obra de arte.
El punto más evidente de esa transferencia es la versión cinematográfica de “ La Umbría”, realizada por el pintor en 1976, coincidiendo con el cincuenta aniversario de del fallecimiento de Quesada.
La cinta retiene el paisaje tan querido por el poeta: se pasea morosamente por la pujante naturaleza del valle, y contrasta agudamente con la atmósfera interior de la finca”La Umbría”, propiamente donde los personajes del drama se debaten entre la muerte y la histeria. Aquí Dámaso, a través del pretexto Quesada hace exorcismo de su fantasma personal; algunas pinturas suyas intercaladas como fugaces destellos publicitarios en la cinta inducen al espectador a ser que más allá de la ficción existe una tangible realidad.
En la película, las referencias sexuales están amortiguadas; Quesada apenas la refleja en su obra y Dámaso lo sigue…El pintor escarba en la tragedia literaria del poeta y encuentra bajo ella sexo, ruina y muerte: algo que ya empieza a divergir de Quesada. la creación entonces toma un papel más autónomo… Pero el sexo, con ser lo mas visible, no es lo más sugestivo, plásticamente hablando de la pintura. Desde este punto de vista, la aportación de Dámaso estriba en representarnos la desintegración, la decadencia de una sociedad, narrada a través de sus propios y explícitos signos. El pintor no sin angustia por su parte, refleja esa destrucción incorporando a ella un sentido de agonía: el mundo perece, pero lo hace rodeado de su fulgor antiguo, que se resiste a desaparecer… Desde un punto de arranque conjunto, Dámaso y Alonso Quesada andan un buen trecho del camino acompañándose. Luego sin perderse de vista se separan.Quesada permanece en su época transfiriendo a la del pintor, ciertos esquemas; y este prosigue, ahondando en ellos, descubriendo que la muerte es solo “un juguete enorme” como indicaba Quesada, sino también un juguete podrido y hermoso, apto para una manipulación apasionadamente erótica en la línea de Sade y Baudelaire.

Resumén de un articulo de Lázaro Santana publicado en la Revista Aguayro

"LA UMBRÍA" de Pepe Dámaso


Director: Pepe Dámaso Guión: Pepe Dámaso y Agustín del Álamo, basado en el poema teatral escrito por Alonso Quesada Fotografía: Ramón Saldías Montaje: Ramón Saldías Ayudante de dirección: Agustín del Álamo Ayudante de ambientación: José Juan del Rosario Música: Juan Falcón Sanabria Voz de Mezzosoprano: Lucy Cabrera Script: Maite Beltrán Intérpretes: Gela del Álamo, Ofelia Tadeo, Sary Medina, Gloria Medina, Antonio Medina, Javier Tadeo, Rosaura Alemán Duración: 101 minutos Formato: 16 mm Color Sinopsis: La película narra la historia de una familia acuciada por la tuberculosis, la muerte y los espectros de sus antepasados, encerrada en una vieja casona del valle de Agaete, La Umbría, a principios de siglo. Todos los actores que intervinieron en el rodaje de la cinta eran nativos de ese pueblo, que es también el del pintor.
Cabe destacar que los negativos de las películas Requiem por un absurdo y Umbría se encontraban en paradero desconocido, la Filmoteca Canaria pudo localizarlos en las Filmotecas del País Vasco y Cataluña, respectivamente.


Según palabras de Emilio Ramal "la irrupción como director de cine del ya entonces reputado artista plástico Pepe Dámaso en el agitado, prolífico y dogmático panorama cinematográfico canario de los años 70, supone para la pequeña historia del cine en Ca
narias, un hito al que en su momento no se le prestó la merecida atención y al que ya va siendo hora de colocar en su justo lugar. Un Dámaso en plenitud creativa entrega dos largometrajes de ficción: "La Umbría" (1975) y "Réquiem para un absurdo" (1979), que apartándose del cine que se hacía en el Archipiélago en ese momento, al margen de modas, gregarismos y sectarismos, sobresalen hoy día, más de treinta años después de su realización, como parte destacada del cine de esa década por su audacia estética, por su ambición -y logros- expresivos, y también por lo arriesgado de sus propuestas, por los temas que abordaban al adaptar el poema dramático de Alonso Quesada en su ópera prima y retratar los sufrimientos de un homosexual en la más inmediata postguerra en el caso de "Réquiem.