domingo, 19 de diciembre de 2010

Tasaute( Santa Brígida): Presentacion del Libro LA REINA DE CANARIAS de Faneque Hernández.

El Jueves 23 de Diciembre en la Sala Polivalente LOLA MASSIEU sera presentado el libro : LA REINA DE CANARIA, de Faneque Hernández, dentro de la colección Episodios insulares de la editorial Cam PS. Un libro que ya ha sido presentado en Aguimes, Las Palmas de Gran Canaria ,Galdar con gran acogida por parte del público y que este Jueves 23 se presentara en Tasaute ( Santa Brígida) de la mano deRafael Franquelo, coordinador de la Sala LOLA MASSIEU y con la presencia del Autor Faneque Hernández.
Sintesis del libro:

EL SINO DE ABENCHARA

La Reina de Canaria fue bautizada durante su estancia en Córdoba como Juana Fernández . El nombre se le impone en honor de la pequeña infanta real que más tarde será Reina de España, y el apellido, Fernández o Hernández, como indist
intamente se escribía en aquellos tiempos, en honor de su marido, Fernando o Hernando de Guanarteme. Su estancia en Córdoba como rehén, junto a su hija, se extenderá durante todo un año pues su marido las recoge exactamente un 15 de agosto de 1483 según las cuentas del Alcaide del Alcázar. Después de pasar por Sevilla y de liberar a un numeroso grupo de canarios esclavizados Fernando guanarteme, con su mujer y su hija, regresan a Gran Canaria a principios del otoño. Presumimos en el poema, por falta de datos, que Abenchara se recluye en Guayedra a cuidar de su hija y que vive con continuos temores por las violencias que ha sufrido. Es una licencia poética pues no tenemos claro su derrotero en la vida. Un genealogista prestigioso nos dice sin embargo: “No queda la menor noticia del nombre de la que debió ser la progenitora de Catalina, hija del rey canario. Conjeturamos que lo haya sido la celebérrima Juana Fernández, mujer notoria en la Villa de Gáldar y madre de varios vástagos reales, tanto habidos con don Fernando como con su hermano Maninidra y aun con otros nobles sujetos de la principal élite masculina de la corte”. De confirmarse esta conjetura Juana Fernández, como princesa indígena, conserva ciertos privilegios de su dignidad y casa con diferentes maridos sin haber enviudado de Tenesor, matrimonios de los que procedería numerosa descendencia. Recientemente el historiador Roberto Hernández ha planteado que Abenchara es la “Juana la canaria” que aparece en los documentos rescatados por Wolfel. Según esta hipótesis, Abenchara, casada con un noble indígena a su vuelta de la península, es esclavizada de nuevo por no delatar el lugar donde se oculta su marido alzado y es vendida por Pedro de Vera a unos mercaderes de Jerez de la Frontera. Se entabla entonces un litigio de varios años por su liberación, a instancias de uno de sus sobrinos, bautizado como Juan Guzmán, del que resultará en 1491 una Cédula Real que da la razón a los demandantes, su ahorramiento y regreso a las islas, previo pago por parte de Pedro de Vera de una indemnización.
LA NIÑA DE SUS OJOS
De la niña sí tenemos noticias ciertas. Cuando tiene 5 años acompaña a su padre Fernando Guanarteme a un nuevo viaje a la Península. Va con ella su hermana Guayarmina que ahora se llama Margarita Fernández, que está embarazada y va a dar a luz allí a una hija que es bautizada como María, es decir, con el mismo nombre de la Infanta nacida en Córdoba en 1482, tres meses antes que su tía Catalina.
El motivo del viaje no está claro. Si pudiera confirmarse la nueva esclavitud de Abenchara podría entenderse que Fernando Guanarteme acuda a la Corte acompañado de sus dos hijas, una mujer embarazada en avanzado estado de gestación y una niña pequeña de menos de cinco años. El objetivo de la visita sería, en ese supuesto, interceder ante los reyes de España por la liberación de su ex-esposa y madre de las dos hijas que le acompañan. Los reyes se encariñan con Catalina la canaria, a quien así llaman para distinguirla de su hija homónima que tiene dos años. María y Catalina la canaria son de la misma edad y ambas, recordemos, son cordobesas de nacimiento. Catalina va a pasar al servicio, como menina (damisela de compañía) de dicha infanta durante los próximos años permaneciendo en la Corte española donde recibe la educación religiosa y cortesana de su época. Años más tarde, cuando ya es una doncella, volverá a Gran Canaria y sabemos que casa en Gáldar con tres maridos diferentes, el castellano Pedro de Vega, el vasco Adán de Acedo y el canario Blas Rodríguez, sin haber enviudado de ninguno de ellos, teniendo numerosa descendencia. Todo esto lo sabemos porque Catalina encomienda a su tercer marido la expresión de su voluntad en un testamento otorgado ante el escribano de Gáldar poco después de su muerte en febrero de 1526 donde deja claro que es “la hija de Hernando de Guanarteme, rey que fue de esta isla”. Catalina fallece en Agüimes , en casa de su sobrina Catalina Garro de Urúspuru, a los 44 años de edad, aquejada de la enfermedad de la peste que había asolado la isla dos años antes y de la que estaba herida, después de pasar muchísimas penurias que le llevan en determinados momentos a usar el dinero recaudado para limosnas en su propio mantenimiento.

RECAPITULACIÓN SOBRE TENESOR

En la recapitulación final como autor de este poema histórico dejamos de describir los hechos con ánimo didáctico y nos atrevemos a hacer una valoración humana y política del personaje de Tenesor Semidán. Es sin duda una figura muy controvertida por su colaboración con las fuerzas invasoras. Opinamos no obstante que no se han valorado hasta el momento las verdaderas razones de su entrega cuando acepta como irremediable la capitulación tras la cruel estratagema de los conquistadores que han raptado a su esposa y la tienen cautiva en el Alcázar de Córdoba. Su hija nace con posterioridad a su entrega y ambas serán mantenidas como rehenes a la espera de que el Guanarteme cumpla con las condiciones del canje.
Es para el autor una evidencia histórica que la capitulación del Guanarteme va a permitir que la población indígena de la isla no sea esclavizada a partir de entonces y que perviva hasta nuestros días en fecundo mestizaje con los colonos europeos y los esclavos africanos, dando lugar a la actual idiosincrasia canaria. Como estadista le debemos pues la evitación de la aniquilación de los indígenas tal y como ocurrió por desgracia en muchas islas del Caribe tras la conquista española. Las palabras con las que termina el poema histórico “De aquellos que prefirieron, con numantina soberbia, inmolarse como pueblo no queda …ni descendencia” deben ser entendidas, en el respeto a los héroes de la resistencia y a los alzados ante la iniquidad de los métodos de la conquista, como un reconocimiento de la inevitabilidad de la derrota militar ante el poderoso ejército castellano. También deben ser entendidas como agradecimiento del autor a la política pactista del Guanarteme pues de otro modo el que escribe no hubiera podido hacerlo. Como se puede comprobar en uno de los apéndices, Doña Catalina Hernández Guanarteme, la mujer que nace en Córdoba en 1482 y que fallece en Agüimes en 1526 es una ascendiente directa en décimo- sexta generación del escribidor de estos versos.