sábado, 8 de mayo de 2010

CAIRASCO Y EL RECIBIMIENTO EL VIERNES 14 EN LA SALA INSULAR DE TEATRO

Coincidiendo con el 400 aniversario de la muerte de Bartolomé Cairasco de Figueroa, la poductora canaria ESPACIO 21 repone la producción "Cairasco y El Recibimiento", basada en la obra La Comedia del Recibimiento, el primer texto teatral canario, encargado a Cairasco por el Cabildo Catedral, para celebrar la llegada del Obispo Fernando de Rueda en 1582.
En ella unos personajes alegóricos: Invención, Sabiduría y Curiosidad, al no encontrar a nadie realmente capacitado para dar la bienvenida al nuevo obispo, deciden que quien merece ese honor es el guerrero Doramas, personaje que rememora al gran lider .
SALA INSULAR DE TEATRO VIERNES 14, SABADO 15 a las 20.30 horas y DOMINGO 16 a las 19 horas.

Cairasco y la Literatura Canaria y "Cairasco en Agadir"


Cairasco nació en Las Palmas de Gran Canaria, en cuya catedral fue bautizado el 8 de octubre de 1538 por el canónigo Alonso de Monleón. Era descendiente, por la vía paterna, de ítalo-nizardos, y por la vía materna, de canarios aborígenes.


Bartolomé Cairasco de Figueroa fue un poeta, dramaturgo y músico canario. Es el fundador de la literaratura canaria, en el marco de la literatura hispánica de su tiempo, no sólo por ser el primer escritor de nombre conocido, sino por haber incorporado a su obra elementos característicos de la cultura canaria tras la conquista de este archipiélago por parte de la Corona de Castilla, a finales del siglo XV

la obra de Cairasco, desde la perspectiva actual, reúne un número considerable de los rasgos característicos de la literatura canaria y de la cultura en la que ésta se desarrolla. Uno de esos rasgos es la naturalidad con la que su obra hace de puente entre el pasado histórico de las Islas Canarias antes de la dominación castellana, representado por el mundo aborigen canario, y después de ésta. Entre los rasgos que Cairasco resalta en el antiguo canario, desde su perspectiva cristiana, están el sentimiento de humildad y la piedad religiosa.

Durante más de veinte años desarrolló en su casa una tertulia humanística dedicada a Apolo Délfico. Asisten, entre otros, Leonardo Torriani, Abreu y Galindo, Antonio de Viana, Ambrosio López, Juan de la Cueva, Pacheco de Narváez, Gonzalo Argote de Molina y un largo etcétera. Mientras tanto, va ocupando diversos cargos eclesiásticos, llegando a ser, sucesivamente, secretario del Cabildo Catedral, desde 1572, Maestro de Ceremonias de la Catedral, así como Conyúdice del Cabildo y Obrero Mayor.

En 1595 defiende a Gran Canaria de los ataques del corsario Drake y en 1599 actúa como negociador en el ataque del corsario holandés Pieter van der Does, que arrasa la ciudad de Las Palmas.

En 1605 acepta la jubilación como prior de la Catedral de Canaria, que ya le había sido concedida años antes, en 1591. Tras haber otorgado testamento el 10 de octubre de 1610, fallece en su ciudad natal. Recibió sepultura en la capilla de Santa Catalina de la Catedral a la que sirvió tantos años.

El 8 de mayo de 1582 representa la Comedia del Reçebimiento, encargada por el Cabildo Catedral un año antes para dar la bienvenida al nuevo obispo, don Fernando de Rueda. Se trata de una de sus obras fundamentales, en la que cimienta las bases de la literatura canaria posterior, al introducir el tema del aborigen canario, representado por la figura del insurrecto Doramas, o la mitificación de la Selva del mismo nombre, entre otros aspectos. En el texto, además, se insertan abundantes fragmentos escritos en la lengua aborigen canaria, lo que constituye un hecho singular en la literatura hispánica de su tiempo.
Otras obras teatrales suyas son: Tragedia y martirio de Santa Catalina de Alejandría, Comedia del Alma, y Tragedia de Santa Susana.
Hacia 1600 traduce la Jerusalem Libertada de Torcuato Tasso, en la que el autor añade, de su propia cosecha, más de cuarenta octavas reales para describir las grandezas del archipiélago canario.
Su obra cumbre, no obstante, será el Templo Militante, del que aparecieron cuatro tomos entre 1602 y 1614. Se trata de una especie de santoral cristiano escrito en verso y que conoció enorme popularidad a principios del siglo XVII. Aunque el cuarto volumen se editó póstumamente, esta obra gozó de múltiples ediciones, privilegio entonces reservado a unos pocos.


***************************************





OPINION
A MODO DE VER Y MANERA
Cairasco en Agadir
JOSÉ A. ALEMÁN aleman@canariasahora.com
-




El XV Festival Internacional de Teatro Universitario de Agadir ha invitado a participar a la compañía canaria Espacio 21 con su espectáculo Cairasco y el recibimiento. El Festival lo organiza la Facultad de Letras de la Universidad Ibn Zohr de Agadir, lo patrocina la región de Sous-Massa-Draa y cuenta con la colaboración del Instituto Francés y de la embajada española en Marruecos.


El espectáculo es una versión de la Comedia del recibimiento que Cairasco estrenara en mayo de 1582 en honor del recién llegado obispo Fernando de Rueda. El texto lo dio a conocer, hace medio siglo, el profesor Alejandro Cioranescu a partir del manuscrito 2803, de la Biblioteca de Palacio, de Madrid. Es la primera pieza teatral canaria y tiene mayor interés aún al contener el fragmento más extenso conocido de la lengua indígena canaria.
La noticia pasó desapercibida y mentiría si dijera que me extrañaron las reacciones negativas de varios lectores de este periódico, que sí la recogió puntualmente. Como suele ocurrir cuando de nuestra cultura se trata, los comentarios, en ocasiones de jocosidad pajiza, pusieron de manifiesto un notable desconocimiento cultural con tropezones de xenofobia mal disimulada.
No me pararé en la ignorancia de los opinantes. No vale la pena. Prefiero recordar que Cairasco es el padre de la literatura canaria y a los trabajos sobre su figura y obra me remito. Quiero anotar aquí sólo que fue el primero en “apoderarse” del paisaje canario, de describirlo y que él introdujo el mito poético de la selva de Doramas, hoy desaparecida. Este tipo de apoderamiento enriquece el lenguaje, lo amplía sumándole sensibilidades al desvelar y poner en valor el entorno del autor. En eso consiste su mérito inaugural.
Cairasco figuraba, pues, imagino que sin saberlo, a la vanguardia de la ampliación del idioma castellano, justo cuando no se había acabado de asimilar aún la mayor mutación jamás habida antes del espacio humano conocido, que, a partir de los descubrimientos geográficos, afectó a la concepción del mundo, a las ciencias, al arte de marear, a la economía, al comercio. Y al lenguaje y la escritura donde se sitúa Cairasco. Tras la aparición de las primeras palabras romances, en las Glosas emilianenses de San Millán de la Cogolla y en las Silenses de Burgos, América propició el segundo hito de avance del idioma castellano en el que se enmarca la aparición de la literatura canaria.
No es casual que fuera otro grancanario, Silvestre de Balboa, con su Espejo de paciencia, quien marcara el arranque de la literatura cubana. Balboa, al igual que el lagunero Antonio de Viana, debieron tener a Cairasco de referente y conocer su tertulia, para algunos la más antigua de España. Unió a los tres el atrevimiento de introducir en el castellano términos, metáforas, palabras designativas de objetos, de accidentes geográficos, de plantas, etcétera. Se “adueñaron” de su medio físico inmediato y lo proyectaron al literaturizarlo.
Tampoco es casual que en ese mismo siglo XVI, por iguales motivos, Juan de Castellanos pusiera las primeras piedras de la literatura colombiana al romper con el empeño de prescindir de palabras y giros autóctonos considerados ininteligibles para el lector peninsular, al que se dirigían los textos. En los años 60 la Universidad española contaba con un libro de Diez Echarri y Roca Franquesa (Aguilar, 1950) en que se “desenmascaraba” a Castellanos, que era considerado “poeta indígena” a pesar de ser peninsular. Tremenda traición, ya saben. Ni qué decir tiene que a Cairasco y Balboa ni los mencionan y que Viana mereció tres líneas
Volviendo a Cairasco y su Comedia, seguro que en su tiempo aún había gente que hablaba el idioma de la isla ya condenado. Y que a él, hijo de nizardo, pero con entronque indígena por vía materna, no le sería indiferente el choque de culturas, su vinculación a dos mundos. Que durmieran a Doramas y despertara dueño de un castellano culto y fluido indica intencionalidad. Pero esa es otra discusión.
En fin, da pena constatar, de nuevo, que los canarios practican la lapidación de su propia cultura; en especial cuando la demandan de algún lugar, aunque sea un ámbito académico, siempre reducido. No es ninguna novedad, pero conviene hacerlo ver.




publicado en Canarias Ahora.com